Dirás que hay muchos yo,
Porque hoy te vi besándome
en esa esquina, y no quise
creer, que mis artificios
que desangran, me vieron también
minutos después siendo atropellada
por un auto.
Como audacia me sobra, y ese
día el canto de las aves me acompañaba,
decidí acercarme a vos,
y vos no dijiste nada, y me besaste.
Se ve que estabas acostumbrado, vi tantas iguales que pensé por
un minuto que debiera de haberme unido a…
¡¿Por qué?! Una construcción cínica.
¿Quién está intentando destruirme?
Mi moral, ¡Ah! De mi soberbia, ¡Ah! De mí,
que golpean un caballo en la calle
y corro llorando a abrazarlo.
Y después otro espejismo, me veo caminando,
contenta (como jamás hubiera podido estar),
no podía soportarlo, las arterias se me llenaron de burbujas de aire,
las neuronas
se me desconectaban de a poco,
me iba quedando completamente ciega, y ya no
podía creer, ser, ¿yo qué era? En tal caso.
Ese descarado me besó ¿y no le importó que estuviera
muerta?
Claro, escucho las voces, hubo un error
De cálculos;
aún vivía en mi sueño moderno,
hoy ni yo soy yo,
ni vos…
obviedad.
Entonces no queda nada,
estamos perdidos.
ahora sí, el descanso, el desenfado,
ni siquiera puedo decir que estuvieras besando
a otra…
producto de la posmodernidad.
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