jueves, 22 de mayo de 2008

Física cuántica y posmodernidad

Dirás que hay muchos yo,

Porque hoy te vi besándome

en esa esquina, y no quise

creer, que mis artificios

que desangran, me vieron también

minutos después siendo atropellada

por un auto.

Como audacia me sobra, y ese

día el canto de las aves me acompañaba,

decidí acercarme a vos,

y vos no dijiste nada, y me besaste.

Se ve que estabas acostumbrado, vi tantas iguales que pensé por

un minuto que debiera de haberme unido a…

¡¿Por qué?! Una construcción cínica.

¿Quién está intentando destruirme?

Mi moral, ¡Ah! De mi soberbia, ¡Ah! De mí,

que golpean un caballo en la calle

y corro llorando a abrazarlo.

Y después otro espejismo, me veo caminando,

contenta (como jamás hubiera podido estar),

no podía soportarlo, las arterias se me llenaron de burbujas de aire,

las neuronas

se me desconectaban de a poco,

me iba quedando completamente ciega, y ya no

podía creer, ser, ¿yo qué era? En tal caso.

Ese descarado me besó ¿y no le importó que estuviera

muerta?

Claro, escucho las voces, hubo un error

De cálculos;

aún vivía en mi sueño moderno,

hoy ni yo soy yo,

ni vos…

obviedad.

Entonces no queda nada,

estamos perdidos.

ahora sí, el descanso, el desenfado,

ni siquiera puedo decir que estuvieras besando

a otra…

producto de la posmodernidad.

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