martes, 27 de mayo de 2008

Locura



en una salvaje estampida de sentimientos estaba ella,
sus alas negras se desplegaron y me abrazó,
sus plumas acariciaron cada una de mis neuronas
y de repente mi drama existencial se había convertido en una pequeña obra...
lo antecedente me había importado poco y volví a sentir
el desasosiego de saber que la felicidad no era distante;
maldije cuatro veces la estúpida manía del alma, su afección
por lo alegre, resignándome a entender que no se puede escapar de la risa.
¿Pero qué importaba entonces? la conmoción y la apariencia se habían ahogado en el lago,
todo había sido bordado para permanecer en cada rincón de mi memoria,
y otra vez ¡malditos ángeles! que no dejaban crecer mi congoja.
sentí de repente, la mortal idea del olvido,
¿dónde estaba mi angustia?
no quería, no podía, no debía abrir los ojos; no ahora,
no ahora que pertenecía a una dimensión completamente distinta,
ahora que dejaba de creer en esos instantes trastornados de júbilo,
¡qué iba a hacer ahora que me estaba permitiendo ser humana!
no miré para tratar de recuperar algo de lo que parecía ser mío,
a cambio, me resigné a que aquellas aterradoras alas envolvieran
la fragilidad de mi conciencia, en un último y desesperado grito de socorro,
sabiendo que nadie me salvaría de la perdición de mis propios antagonismos;
quería luz, en ese pálido desarme de corazones, quería claridad,
y aún así, negándome nuevamente, pensé que ella querría encerrarme en alguna clase de
prisión, donde me sería vedado el placer de construir
todas las mentiras, una fantasía y su tribulación, mi universo:
un banquete de ensayos para los dramas no aprendidos y
la desesperanza tan conocida.
sabía que en esa estampida de ocurrencias estaba ella,
justicia poética, maldita vengadora,
subconciente asesina de los que realmente saben que
la realidad construida no trata con amabilidad...
uno mismo alentó a la espantosa estampida, para que lentamente se llevara
lo inconsecuente de los renglones (estos renglones),que a fuerza de desengaños
habían logrado crispar los artificios
inocentemente compuestos en su afán de ignorancia;
para la inmensidad feliz, quieta y absurda, como siempre,
absurda.

2 comentarios:

. Sabrina dijo...

"La vida es una comedia para aquellos que piensan y una tragedia para aquellos que sienten"

UmiLi dijo...

Waa nena, de dónde salió eso??
qué capa que sos

Aguante Sabri emo
xD

Besos divina

La Umi