miércoles, 21 de mayo de 2008

Aires glutinosos

Aires glutinosos, en su esfera unidimensional yace, más lejos que aquellos sueños rancios de lo que desprende en alma, la sustancia viva y gelatinosa, fluorescente.

reflejos espectrales, lagos espejosos,

campanas que suenan enanas.... algo lejanas....

impura, impía, arpía, implora ella y aunque

alguien escuche, no puede verla....

se esconde... nadie busca... nadie sabe... nadie espera

no puede tolerarse la idea, el vacío que evocan, en el vacío donde solo el viento toca, y las hojas se estremecen...

y la taza vacía llora, los espectros se han ido

a danzar en el pozo fondo de los apenados abismos,

en el hueco de ese volcán inactivo, pero vivo... perpetuo en su nieve soberbia; mientras ella sigue clamando.... con la garganta en el centro del alma...

las venas que penden de una fibra casi invisible... de la que se desprende la sangre coagulada... el tiempo enredado en su pelo, en él (su pelo) reencuentra, las emociones brotan como sarpullidos de su piel.... florece el ciruelo que sus riñones cosecharon... lo demás estáticamente sucumbe, y se pudre,

se pudre como todos los recuerdos que uno arroja, agrupa y libera cuando se intenta escapar, cuando se intenta ser fugitivo de uno mismo, ajeno a las neuronas bulímicas que no dejan que se libere y encuentre paz, o la memoria se vomita, se indigesta, se vacía, y vuelve a toser y escupirlo todo en un intento de suicidio de contradicciones, un desdoblamiento del alma en su areté inefable…

y alguien sigue sin saber, inquieto y perturbado... sin encontrar las palabras...

cae en la cuenta, el aleteo de las sombras, el no querer renocerse, reconocerlo, reconocer...

miedo a perderse, a perderla, a perderlos a cada uno de esos...

perder en el descaro mundano una razón, simpleza espiritual o la sintonía auguriosa, de una sinfonía demencial que retumba como tambores africanos....

àrboles que cubren su afán, su miedo, su todo adyacente en Júpiter y Marte,

desorbitados chocan y se refugian detrás de alguna galaxia aburrida de seguir...

hasta que resuelve el misterio de la negación... decidiéndose... dejándose... a querer y ver que los laberintos son en realidad mas fáciles y no entonces ser libres en los lugares cerca de los confines y los límites entre deambular con los poros de un tentáculo agraciado más lleno que vacío por los Instantes Fugaces que Acarician la Eternidad...

vacilante, donde espera la llamada, el anillo de arena, la fragilidad de la nota sublime, thanatos acude

y elude su responsabilidad... la muerte aún no abraza a nadie.... alegoría morbosa... manía aberrante

desentiende de palabras que distan de la realidad de la viscerocidad latente,

fuego candente, y como entes que se zambullen en el ser... que ahí-en-el-mundo, ahí donde los mortales cumplen su condena con la libertad encadenada en sus muñecas ojerosas,

se atreven, osan, espían por el rincón del último instante agónico del alma; y dicen, sí, dicen…

Por eso, ahí es cuando todo cobra sentido

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buenas tus historias, no me paso seguido, pero me gusta leerte.

gracias por el link.

Besos

Ariel Sylar :P

UmiLi dijo...

de nadas, se aprecia que leas de vez en cuando
^^