¿Por qué tenemos arranques de patética y estúpida felicidad?
¿Qué nos lleva a sentir nuestros, que sé yo, corazones llenos de saciedad dominguera?
Un truco de magia,
unos ojos perdidos,
quiero decir pero no puedo
pero el alma me llama;
o no me llama, no sé
no sé
no sé porque
nunca sé
me lo dijeron
y lo sé.
¡ja!
Contradicción.
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