¿ A dónde van las horas? ¿O la fragilidad de las cosas bellas? La imagen es cruel, lo fuera aún más el sonido, sus pupilas en las de ella, extensiones carnales,fugacidad de la verdad y las pocas agujas encantadas.
Se deshacen hermosas,destellan todas y cada una de las lágrimas, ella recuerda su rostro, cuando podía sonreír,si la vida no se hubiese hecho tan liviana. Todos se quieren, o intentan asesinarse cuando uno menos lo espera; tenía un regalo, esperaba apreciación Sabrina... pobre Sabrina.
Ya la veo, jovial y graciosa a todos, pero en sus pómulos yace la inmortalidad de la angustia, ¿Para qué querer ser como otros con un alma tan bella? Sabrina...
El te deja, te deja todo el tiempo Sabrina, y mirá dentro de vos, ¿Qué queda? ¿Dónde está el color de las canciones que nunca vas a componer?
Es la distancia lo que mata, o la cercanía, no lo sé... lo sabrá ella acaso, que no hace otra cosa... espera, espera el encanto, el mundo, si salvase su alma, si jugase a morir y volver a inventarse.
Estaca y el pecho roto; no vuelve dice, no vuelve y de nuevo enceguece el ardor, celeste horrendo que anulás su estrella. Si motivos faltan, razones no sobran, repeticiones abundan, vos Sabrina que no sabés que es lo que tenés que hacer, hacéle a tu corazón un favor grande, allá donde la montaña termina el camino, decíle al absurdo que te reconcilie, para que mañana veas que las cosas van a ser muy distintas.
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